Friday, July 4, 2014

Poema: Status de señora

Hola lectores!
A tres días de finalizar con nuestra semana de la poesía, discutimos una vez más un poema breve.
Hoy honramos a las mujeres dándole la oportunidad a una poetiza mexicana, Lina Zerón, hablando de nada más y nada menos que la femineidad, en su poema ''Status de señora''.

Status de señora
Sola,
día a día contemplo la fuerza
con que se impone el alba
mientras coso tu nombre en las cortinas.
Sola,
habitante soy de una bella casa
donde mi persona es el mejor adorno
que de vez en vez de lugar cambias
pero nada es mío según las actas.
Sola,
con mi status de señora bien casada,
esposa del brillante ejecutivo
que entiendo vive conmigo
por las huellas que deja en la cama.
Sola
cada noche río a carcajadas
con mi sombra de gran dama
y contemplo el rostro de la perfecta esposa
que desearía por una noche ser tu cortesana.

La poetiza claramente está expresando una queja, habla de no estar contenta en un matrimonio, y hace énfasis en la soledad de ser una esposa, siendo la primera palabra que utiliza ''sola''.
Zerón en su primera estrofa dice que extraña a alguien, quien más temprano que tarde descubrimos es un hombre; nos da aquél parecer cuando habla de contemplar diariamente el alba ''mientras coso tu nombre en las cortinas'', dándonos a pensar que espera por el regreso de aquel ser.
Luego habla de una bella casa, donde ella habita, aunque nos da indicios de que no está conforme, que la belleza de sus aposentos son de poco valor para ella; dice ''donde mi persona es el mejor adorno'', claramente exponiendo que su ser sí tiene valor, que su persona para ella es merecedora de atención.
Al matrimonio una vez más hace referencia cuando habla de bienes y actas.
Nos revela finalmente el por qué de su pesar cuando nos dice que su esposo, el ''brillante ejecutivo'', brilla por su ausencia, pues de él en la casa solo se puede advertir su rastro, las arrugas que deja en la cama cuando, supongo, se va desde muy temprano y regresa cuando ya todos duermen.
Parece que a Zerón, su reflexión en el espejo le parece cómica, tal vez patética, ya que declara en su cuarta y última estrofa que ''cada noche río a carcajadas (...) y contemplo el rostro de la perfecta esposa (...)'', para así concluir manifestando explícitamente que extraña a aquel brillante ejecutivo, con las palabras ''desearía por una noche ser tu cortesana''.
Éste claramente es un relato de un matrimonio destrozado, en el que el hombre se limita a traer el dinero a la casa, y la mujer, lamentándose, se pregunta cómo lo que tenía llegó a convertirse en un patético status de señora; es el recuento profético de cómo es la unión de dos personas en la actualidad; son versos que te hacen reflexionar, y si eres mujer, te alientan a no conformarte con la soledad de una casa vacía. 


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